El Bournemouth fue mejor desde el primer minuto. El balón fue suyo, las ocasiones, las pocas que hubo en los 95 minutos de partido, fueron suyas. El Bournemouth hizo algo más que los 'foxes' para ganar, pero fue insuficiente.
En el minuto dos, Jermain Defoe estrelló el balón en la madera, y metió el miedo en el cuerpo al Leicester. Los primeros diez minutos fueron de acoso sobre la meta de Schmeichel, y hasta pasada la media hora de juego, los de Shakespeare no dispararon.
Hubo que esperar hasta la segunda parte para ver un tiro entre los tres palos. Cuatro realizó el Bournemouth, y sólo uno el Leicester, en todo el partido.
Claramente las defensas fueron mejores que los ataques. El Bournemouth suma un sabroso punto, pero sigue penúltimo de la Premier, con 4 puntos. El Leicester es el primero de los salvados, con cinco. Mucho deben cambiar las cosas en estos dos equipos para no pasarlo mal de aquí a mayo.