La anécdota se remonta a la Copa de África de 2000. El delantero tenía por entonces 18 años, pero no estaba entre los titulares del equipo de Pierre Lechantre, algo que no le cayó bien.
El día que Eto'o supo que no entró en el once inicial, fue a por Job, su rival en la delantera. Lo saludó y, dos horas después, cuando tenían que coger el bus, no volvieron a ver al que ostentaba el puesto de titular en ataque porque tenía diarrea.
Aquella competición fue ganada por Camerún y el ex jugador del Barcelona metió un gol en la final. Aquella Copa de África se jugó en Nigeria y Ghana e incluso lograron derrotar a la anfitriona.
Los ex jugadores pusieron al camerunés como un brujo. El futbolista no tardó en responder con un durísimo mensaje: "El odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de cualquier inteligencia".
A lo que añadió: "Que sepas, mi querido Bernard, que siempre que haya representantes como tú, listos para calumniar a un hermano para impresionar al público, el respeto que nosotros los africanos merecemos y reclamamos será una utopía".