Un balón salió fuera, el guardameta agarró la bola y Corgnet, del Estrasburgo, entorpeció su saque. El partido iba 0-0.
La reacción de Maignan, después de departir varios segundos con el rival, fue lanzarle con las malos el balón a la cabeza.
Lo peor no es recibir la roja, lo peor es escuchar a Bielsa dándote sermón después en el vestuario. pic.twitter.com/M2TOZFRWxF
— Contra Del Futbol (@ContraDelFutbol) 13 de agosto de 2017
Bielsa no se lo podía creer, pero metió a De Préville, delantero, bajo palos. Cuando encajó un gol, puso a Amadou, centrocampista. Éste encajó dos. Tres porteros en total.