La idea es brillante. Un spray que marque temporalmente el punto desde el que se debe botar una falta y donde se ha de poner la barrera. Que desaparezca en un minuto o dos, y que no sea nocivo, ni para el césped ni para los jugadores.
Heine Allemagne y Pablo Silva, un brasileño y un argentino que reclaman ser los inventores del producto, ahora denuncian que la FIFA quiere hacerse con la fórmula sin su permiso, informa 'GloboEsporte'.
En el pasado negociaron con la FIFA la venta de la patente. Allemagne y Silva pedían 40 millones de dólares, y buscaron un acuerdo con la mediación de Julio Grondona, ex presidente de la AFA, fallecido en 2014.
Pero la FIFA no estaba dispuesta a soltar tanto dinero. Ofrecieron a los dos inventores 500.000 dólares, una cifra muy inferior a la pretendida, 800 veces inferior.
Una oferta insultante para los inventores, pues, según ellos, con ese dinero no cubrían ni los costes de producción. Pero la historia se enturbia un poco más entonces.
Porque Silva y Allemagne denuncian que la FIFA conspiró para robarles la patente. El máximo organismo del fútbol mundial habría denunciado que pedían la friolera de 300 millones de dólares. Mentira, según Silva.
La muerte de Grondona a los pocos días de que Argentina perdiera la final del Mundial 2014 ante Alemania complicó la negociación.
Silva asegura que cedieron los sprays y entrenaron a los árbitros para el Mundial sin recibir nada a cambio, como gesto de buena voluntad para la FIFA. Y no fue así. Desde entonces, sin su valedor, Grondona, la FIFA ha tratado, según ellos, de roberles la idea y hacerla suya.