Cuando no te salen las cosas, no hay nada como idear una estrategia defensiva que te asegure no perder y que te permita buscar la victoria con un solo gol.
Es lo que debió pensar el entrenador del Chelsea Antonio Conte, que recuperó su vertiente más italiana para frenar la explosividad del Tottenham.
El Chelsea formó con sus tres centrales, Christensen, David Luiz y Rüdiger, y a ellos le unió un doble pivote tremendamente defensivo, compuesto por Kanté y Bakayoko.
Para colmo, los 'blues' actuaron con Willian y Moses como mediapuntas, dos jugadores de gran trabajo en el centro del campo, por lo que por momentos el Chelsea hizo imposible que el Tottenham circulara el esférico en la zona ancha.
Un último detalle fue decisivo: David Luiz adelantó en varias ocasiones su sitio en el terreno de juego y reforzó el doble pivote de Kanté y Bakayoko convirtiendo en una muralla infranqueable esa línea de tres en el centro del campo.
Un esquema con el que Conte también tuvo algo de suerte, pues el Tottenham tuvo ocasiones para sacar algo más que una derrota por la mínima.