Una vez certificado el ascenso a Primera división, la dirección deportiva que encabeza Quique Cárcel ya dejó claro que no contaba con Kiko Olivas, central de 28 años que fue fichado en verano de 2015 del Sabadell, para el nuevo proyecto de la entidad.
Aun así, el retraso en la llegada de las nuevas incorporaciones ha alargado el proceso de la rescisión del contrato del defensa andaluz.
Con la marcha de Kiko Olivas, el Girona deberá contratar, como mínimo, otro central para completar una demarcación en la que, por ahora, cuenta con Pedro Alcalá, Bernardo Espinosa, Marc Muniesa, Juanpe y Jonás Ramalho, aunque la continuidad de este último tampoco está asegurada.