A la sombra del PSG, que ha armado un equipo galáctico a base del dinero inyectado por sus propietarios cataríes, el Lyon busca una vía diferente para sobrevivir en un cada día más competitivo fútbol europeo.
En esta edición, el Lyon tiene muchas opciones puestas en la Europa League, cuya final se jugará en su flamante estadio, construido para la Eurocopa de Francia del año pasado.
Hace unos años, el presidente del Lyon, Jean-Michel Aulas, aporreaba la puerta de la élite europea y se fotografiaba junto a sus homólogos del Madrid, Barcelona, Bayern o Manchester United.
Lanzó su equipo a bolsa, saneó sus cuentas, creó un modelo sostenible que flirteó con la rentabilidad y presumía de no necesitar aportes externos para sobrevivir.
Mientras, el mercado futbolístico sufría una creciente inflación que le privó de sus mejores jugadores y le alejó de los primeros puestos y, por tanto, de la élite europea a la que tanto aspiró.
El Lyon actual es un equipo potente, con el segundo presupuesto más elevado del país, pero que apenas daría para pagar el traspaso que desembolsó el PSG para fichar a Neymar.
Apoyados en el buen estado que atraviesa el ex madridista Mariano Díaz, autor de 12 tantos, y de Nabil Fekir, otra estrella ascendente, el equipo que dirige Bruno Genesio se ha posicionado bien en la segunda fila del fútbol europeo.
Con jugadores de menos nombre pretende colmar las bajas que dejan sus futbolistas más destacados. Esta temporada vio cómo partían con destino al Arsenal el delantero Alexandre Lacazette y al Bayern de Múnich el centrocampista Colentin Tolisso, por los que ingresó casi 100 millones de euros.
Junto a Mariano y Fekir, el equipo pivota sobre el holandés Memphis Depay, otra joven promesa adquirida el año pasado y que se consolida poco a poco en el equipo.
En el centro del campo destaca la figura de Houssem Aouar, un futbolista de 19 años formado en el club, mediocampista creador que, aseguran en Francia, figura en las agendas de los grandes de Europa, especialmente del Barcelona, que ha enviado a varios emisarios para comprobar de primera mano sus virtudes.
Con esos mimbres, el Lyon pretende construir un equipo competitivo, sin la ambición de rivalizar con el PSG pero sí para volver a disputar la Liga de Campeones.