Zlatan Ibrahimovic nunca deja indiferente a nadie. El jugador de los 'red devils' estuvo presente en las gradas del Friends Arena de Estocolmo y no perdió detalle de la final.
No pudo disputarla por la lesión en una de sus rodillas, pero eso no le prohibió celebrar el título conquistado como si fuera un niño.
A la pata coja, Ibrahimovic se acercó a felicitar a sus compañeros después de ganar al Ajax y en el vestuario posó junto al trofeo número 33 en toda su carrera.