"En este tiempo Europa no está bien, me vuelvo (a México) porque hay mucha inseguridad", declaró a su llegada al aeropuerto de México DF. Volvía de disputar dos partidos con la selección francesa, en París, el día de los atentados, y en Londres, cinco días más tarde. Seguramente fuera el seleccionado con el club más exótico de toda la concentración.
El delantero asegura sentirse muy a gusto en el país azteca. "Hay mucha guerra de religiones, es muy pesado para la gente. Aquí (en México) es increíble, yo me siento muy bien, mi familia también. Aquí hay jugadores que me dicen ¿cómo es Europa? Y yo quiero cambiar de vida, quiero vivir lejos de Europa, de todo eso", confesó.
Gignac lleva ya casi seis meses jugando en México, y participará en su primer playoff por el título. De hecho, su rendimiento es tal que no ha perdido la confianza de Deschamps, pese a jugar en una liga tan exótica, de menor exigencia, a priori, que las grandes europeas.
"Estoy muy feliz con mi mujer porque tenemos dos hijos y aquí estamos muy felices. Mi niña hace como tres meses empezó la escuela y ahora habla un poco inglés y un poco español", aseguró el francés.
Desde luego Gignac no echa de menos para nada el viejo continente. “La ciudad es muy linda, el clima es perfecto. Podemos comer alimentos europeos, comida mexicana, hay de todo. De verdad que me siento muy bien aquí y mi familia también", apuntó, para finalizar.