El partido comenzó muy vivo, con ocasiones para ambos equipos, pero sin acercamientos de verdadero peligro sobre las porterías, hasta que Inglaterra quiso.
Comenzaron entonces a combinar, y los 'pross' se aprovecharon de que el primer control del partido que hizo Sterling le salió bien para que el talentoso pero inseguro delantero hiciera magia.
Centro de Dele Alli desde la derecha para que Sterling, en la frontal, lo bajase a la perfección. Esperó lo justo y se la dejó con un sublime taconazo a Bertrand, para que éste se la pusiera a huevo a Harry Kane.
Fue lo que Francia necesitaba. El toque de atención necesario para empezar a tomarse en serio el partido.
Dembélé, que había empezado, al revés que Sterling, algo descentrado, se puso el mono de trabajo. Mbappé, a lo suyo, opositando cada minuto que juega a que alguien se vuelva loco y pague 100 millones o más al Mónaco.
Pero la figura estaba siendo Pogba. No marcó, no asistió. Pero distribuyó juego allá donde lo pretendía. El 'red devil' hizo trizas a sus rivales con sus regates y sus pases medidos.
Sin embargo, la remontada llegó porque la fortuna de los rechaces sonrió a los galos. El del empate, obra de Umtiti tras rechazar Heaton un restarazo de Giroud.
El de la remontada (la primera), tras un nuevo paradón de Heaton. Esta vez fue Sidibé el autor del gol a puerta vacía. Y eso que, tras el gol inglés, a Deschamps le tocó cambiar a Mendy por lesión.
Lo que había empezado como una primera parte horrible terminó de maravilla para los franceses. Todo cambiaría tras el descanso.
Porque apenas habían pasado tres minutos de la segunda parte cuando otro jugador inglés. como Sterling al filo del descanso, caía en el área. El VAR decidió dar la razón al colegiado.
Pero le advirtió de que Varane debía ser expulsado. La repetición no dejaba lugar a dudas. El central francés se desentendió del balón y arrolló al rival. Cortaba una ocasión manifiesta de gol dentro del área sin intención de jugar el esférico. Penalti y expulsión.
Lo chutó Harry Kane, y engañó a su compañero de club Hugo Lloris. Francia tenía que volver a remar contracorriente, pero con uno menos.
Aguantó los envites ingleses y se hizo con el mando. Sí, una Francia con 10 dominó en muchas fases a una Inglaterra sin ausencias.
Se volcaban los Mbappé y Dembélé sobre la meta de Butland, quien entró tras el descanso en lugar de Heaton, y tanto fue el cántaro a la fuente, que llegó el gol.
De nuevo, otro pase de Pogba. De nuevo, una diablura de Mbappé. Y esta vez sí, Dembélé acertó entre los tres palos.
Inglaterra se vino abajo del todo. Cuando parecía que había empezado a controlar el partido, todo quedó arruinado. No encontró la forma de reaccionar, y sólo Butland evitó que el castigo fuera aún mayor.
Alguna lección tiene que haber aprendido Southgate de esta derrota. El gol de la derrota llegó precisamente cuando abandonó la defensa de 5 (3 en ataque). Pero, sobre todo, que no se puede dejar viva a una selección como la francesa cuando tienes un futbolista más sobre el terreno de juego.