Ocurrió en el descuento de la segunda parte. México iba ganando 2-1, tras remontar el tanto inicial de Wood, y los ánimos estaban candentes.
Un robo de balón de Nueva Zelanda fue el detonante. Boxall hizo una criminal entrada sobre Herrera, le quitó el balón y no se pitó nada.
Los jugadores del 'Tri' se lanzaron a recuperar el balón, con la intención de llevarse por delante, de paso, a sus rivales. Venganza en estado puro, vamos.
Y se montó la mundial. Los jugadores se encararon y llegaron los refuerzos. Golpes, empujones, gente por los suelos. El árbitro, haciendo sonar su silbato, tratando de imponer orden. No hubo modo.
Tras unos segundos de tensión volvió la paz. Parecía que sería falta para Nueva Zelanda cerca del área rival y ya. Pero entonces sorprendieron a todos con el VAR.
"Como el VAR analice la jugada entera tendrá que expulsar a tres o cuatro", fue el pensamiento generalizado. Y los peores temores de los futbolistas afloraron cuando vieron al colegiado echar mano al bolsillo.
Pero fue magnánimo. En esta Confederaciones se paga bien barato el iniciar una pelea. Boxall, Reyes y Herrera fueron amonestados. El resto se fueron de rositas.