Sin nubes, el cielo sobre Getafe en este mediodía de sábado se tiñó de azulón. Sobre el papel, un partido que se antojaba igualado. Sobre el césped, también. En el marcador, disparidad absoluta.
El cuadro madrileño no hizo más que el Alavés para acabar goleando, pero sí que, todo lo que hizo, lo hizo mejor. Los de Bordalás, parte de la victoria se la deben a la magia que reinó el Coliseum en los 10 primeros minutos del partido. La otra mitad de esos tres puntos llegó desde la chistera de Ángel.
Todo el picante en la primer parte se condensó en los primeros compases. Seis minutos tardó Bergara para, con la suerte del rebote, abrir la lata tras un cabezazo. Cuatro más tarde, Jorge Molina abría la brecha desde los once metros tras un penalti que él mismo provocó.
El 'show' de Ángel
El final de la primera parte, que tuvo más goles que ocasiones, dejó paso al mago Ángel. La ilusión por el Getafe de marcar se resetó al ritmo del delantero tinerfeño, que, entre el 53' y el 64', firmó un doblete que sentenció el choque.
El primero del 'ángel' del Getafe llegó tras un genial pase en largo filtrado que acabó en las mallas gracias a una definición genialmente sutil. El segundo, tras un control exquisito en la frontal y un misilazo posterior. Dos golazos de categoría que bien le valieron la ovación que le brindó el Coliseum al ser sustituido.
El 'Glorioso' no supo reaccionar a los cuatro zarpazos azulones y lo único que pudo hacer fue recortar distancias con un gol de Santos a unos suspiros del final. Aunque el cuadro visitante no firmó, ni mucho menos, un mal partido, la puntería del Getafe y su facilidad para atacar con esos cuatro zarpazos aislados decantó la balanza.