No se rinde el Valencia en su particular persecución del liderato. El tropiezo de Getafe quedó atrás, aunque sigue sufriendo de lo lindo el equipo de Marcelino para llevarse las victorias y mantenerse en la segunda plaza. El desgaste es serio, pero la revelación del campeonato sigue ahí. Esta vez se topó con un Celta peligroso, que supo empatar un partido que se le complicó tras el gol de Zaza, e incluso mereció llevarse un mejor resultado en una segunda mitad bastante entretenida.
Golpeó primero el equipo de Marcelino, pero en realidad pudo pasar cualquier cosa. Porque el Celta tiene un contragolpe espectacular, con Sisto y Aspas a un nivel excelso. De sus botas partieron las acciones más peligrosas del equipo de Unzué. El partido arrancó con un toma y daca en el que acertó primero Zaza. Buen cabezazo del italiano en el primer palo para subir el 1-0 e incendiar Mestalla, ávida de alegrias tras el batacazo de Getafe.
Parece ir perdiendo fuelle este Valencia, pero aguanta por calidad y entereza. Sobrevivir ante el Celta fue un golpe de moral para un equipo que necesitaba reaccionar tras el tropiezo de Getafe. Era uno de esos partidos bisagra que marcan un campeonato. Y el Valencia lo superó. Ahora sueña con volver a quedarse a un partido de distancia del liderato y afrontar la cuesta de enero bien colocado.
Aguantó el tipo el Celta, que empató nada más salir de vestuarios. Aspas cazó un mal remate de Maxi Gómez e hizo temblar las piernas a un Valencia que dudó durante muchos minutos. El partido fue tornando en correcalles y de un posible penalti sobre Wass, se pasó al penalti que terminaría por decidir el choque.
Patadita de Tucu Hernández sobre Nacho Gil que vio el árbitro muy cerca y no dudó. Rubén casi le saca el balón a Parejo, pero el 2-1 subió al marcador. El Celta entró en estado de nervios y el partido se consumió entre protestas al aire y contras sin oxígeno de un Valencia que aprieta la Liga y dormirá a dos puntos del Barcelona, que tendrá que responder en Villarreal.