La temporada 1950-51 prometía ser histórica para una UD Melilla que acababa de ascender y soñaba con pisar la Primera División por primera vez en su historia.
En aquella época, los desplazamientos eran toda una odisea para el conjunto azulino, que tuvo muchos problemas para viajar hasta Mallorca. La idea inicial era volar hasta Málaga, pero un temporal obligó al club a trasladarse en barco. Desde allí, se subió a un autobús ('La Rubia' como se le apodaba cariñosamente) para llegar a Alicante y allí coger otro barco hasta Mallorca.
Pero todo se torció en Loja. Un camión arrastró al autobús unionista tras un mal viraje y terminó provocando un trágico accidente del que algunos miembros de la expedición no lograron salir con vida.
Salvador Maturana (delegado), Serer, Fornell, García Valle, Errazquin, Muñoz, Llopis, Casado, Linares, Mamblona, Martín, Barceló, Huguet y Rosado y Manolo Salvador (masajista) conformaban la expedición.
Martín, Mamblona y Manolo Salvador fallecieron en el accidente y algunos futbolistas tuvieron que ser hospitalizados. Otros, lograron salir ilesos de una tragedia que marcó el resto de la temporada del equipo melillense.
Los unionistas se encontraban a dos puntos del liderato con 10 jornadas por delante y el calendario era muy favorable para haber terminado en puestos de ascenso a Primera División. Las crónicas de la época destacaban el buen juego de aquel equipo, firme candidato a un ascenso histórico para una ciudad que no ha vuelto a pisar la Segunda División y mucho menos la Primera, mientras se ha convertido en todo un decano de la Segunda División B.
Tras el incidente, muchos ex jugadores se ofrecieron para completar el plantel, y algunos clubes propusieron cesiones que por diferentes motivos no se terminaron produciendo. El sueño del ascenso se terminó esfumando para un equipo que no levantó cabeza tras la tragedia sufrida.
Un 26 de enero que marcó la historia de un club que sigue luchando por colarse en la categoría de plata, la misma en la que ilusionó hace más de 60 años.