Nacho Cases, entre lágrimas, puso fin a su etapa en el Sporting. Lo hizó en un acto en el que leyó un comunicado lleno de agradecimientos. Una larga lista de alagos, sobre todo a dos personas: Javi Vidales y Manolo Preciado, el primer técnico que le enseñó a amar el fútbol.
"Mis ambiciones deportivas las he cumplido en este club, no me voy por temas deportivos o económicos sino por conocer otras cosas y otro tipo de vida", aseguró el centrocampista. "Hace 22 años llegó a Mareo un niño inquieto, revoltoso y que según decían se le daba bien jugar a la pelota y aquí aprendí a jugar y a ser persona", relató.
Ahora, aquel jugador que se incorporó a la cantera del Sporting en 1994, pone rumbo a un nuevo destino. El AEK Lanarca, subcampeón chipriota, se hizo con los servicios del jugador por dos temporadas.
Eso sí, Cases tiene claro que su corazón se quedará en El Molinón: "No estaré en el césped pero sí con el corazón apoyando a que el Sporting vuelva a estar en Primera división, que es donde le corresponde".