Desde que Iker Casillas lo ganase en la temporada 2007-08, ningún otro portero del Real Madrid se ha hecho con el preciado galardón.
Las cuatro temporadas siguientes Valdés lo ganó hasta sumar cinco, Courtois ganó dos seguidos, Bravo otro y las dos últimas han sido para Oblak.
Nueve temporadas yendo el trofeo a las vitrinas azulgrana o rojiblanca. Nunca a las blancas. Porque desde aquel 'Zamora', el Real Madrid ha adolecido de un grave problema atrás.
El Madrid ganaba, sí, pero ganaba por pegada. Algo que parece estar cambiando este curso. La famosa 'flor' parece ser cosa del pasado, y los blancos comienzan a ganar sin sufrir, sin tener que remontar. Sin 'espíritus de Juanito' ni 'furia blanca'.
Keylor comenzó la temporada con buen pie, dejando su puerta a cero e hinchando su confianza al detener un penalti en contra. Oblak, defensor del título, lo hizo encajando dos goles.
La temporada es muy larga, pero el primer paso está dado. Falta que a Keylor le eche un cable su defensa. Que Casemiro siga siendo un seguro en el mediocentro, y que la dupla de centrales tenga el día, jornada tras jornada.