El Real Madrid se volvió a subir al trono de la Liga 5 años después y lo hizo tras imponerse en La Rosaleda a un Málaga luchador, que no salió derrotado de antemano y que puso en grandes apuros al campeón como ya hiciera en su día derrotando al subcampeón.
Los de Zidane vuelven así a un trono liguero que les había sido esquivo en los últimos 5 años y certifican el excelente momento de un equipo que vivió una travesía por el desierto en el inicio del siglo y que ya es el mismo que dominó con puño de hierro durante el pasado siglo.
El choque siguió el esquema al que se ha abonado el Real Madrid en los últimos tiempos, sobre todo fuera de casa. Gol rápido, férrea defensa, una buena cuota de suerte y mucha habilidad para matar al contragolpe.
El Madrid sale como siempre.
El conjunto 'merengue' es letal ante los fallos de los rivales y no perdonó al Málaga en el segundo minuto de juego. Luis Hernández no supo si controlar, pasar o despejar y le regaló a Isco la asistencia del primero. El malagueño, como en casa en 'su Rosaleda', encontró el pasillo para el título y para el gol de Cristiano, que dribló a Kameni y no tuvo problemas en dejar su marca.
El Málaga creció con el paso de los minutos y mereció el empate. Tanto que Keylor tuvo que intervenir a un lanzamiento de falta a la escuadra de Sandro y el propio costarricense hizo dos veces la estatua ante sendos remates del propio Sandro y de Keko que llevaban el sello del gol.
También el equipo blanco pudo sentenciar por mediación de Cristiano, en sendos contragolpes en los que Villanueva volvió a exhibir un imperdonabe exceso de confianza.
Benzema mata la Liga.
Al descanso se llegó con la duda de si el resultado era justo o no, pero con medio título liguero para los blancos en el bolsillo.
Ya se encargarían de certificarlo ellos mismos tras el descanso. Para no variar, en una acción a balón parado, otra de las grandes virtudes de este Madrid campeón que ha montado Zidane en apenas año y medio.
Kroos centró y Ramos apareció como siempre, como un ángel, para aparecer en el último partido liguero del equipo. Se interpuso en su camino a la gloria Kameni, pero Benzema, en posición más que dudosa tras toque de Varane, hizo el 0-2.
El tanto mató el partido, que se perdió entre la ovación generalizada a Isco, y la emotiva despedida a Sandro.
Los últimos minutos, con el 0-2 que había puesto el Eibar en el Camp Nou, se vivieron como una fiesta en La Rosaleda para la múltiple hinchada blanca desplazada hasta Málaga. La remontada azulgrana, que llegó, no empañó el título de un Madrid que hizo los deberes tras perder el 'Clásico' y selló una de las ligas más ansiadas de su historia.