Épica, casta, orgullo, no rendirse nunca... ¿Cuántas veces han sido relacionadas estas palabras con el Real Madrid?
Ya cuando aún todo era en blanco y negro, las gestas deportivas de los 'merengues' han ido unidas a algunas remontadas legendarias y ahora se les han sumado nuevas a color, como la de la 'Décima', la Supercopa de Europa o, incluso, la final del Mundial de Clubes ante el Kashima.
En todas estas ocasiones el capitán Sergio Ramos fue el protagonista, pero también han tenido el mismo desenlace partidos de Liga. Ante el Sporting, Isco se disfrazó de Ramos y se erigió como el salvador de los blancos.
El problema es que esta situación se está repitiendo con mucha frecuencia y a Zidane se le podría volver en contra, como ante el Valencia. Es más, parece que con el francés en el banquillo aún se ha potenciado más esta tendencia al riesgo y a dejar los deberes para el último momento, sea casualidad o no.
El Real Madrid cae en una ruleta rusa en muchos partidos como ya pasó ante Wolfsburgo, Sevilla, Atlético, Dépor, Barcelona, Kashima, Sporting de Lisboa, Legia, Nápoles, Villarreal, Las Palmas y Sporting.
Todos estos equipos han sufrido lo que muchos llaman "la flor de Zidane" y otros lucha, el azote blanco de los últimos minutos, los goles in extremis o las remontadas que apagaban incendios que ya parecían demasiado propagados.
Todo esto alimenta una épica que forma parte del mismo ADN madridista, pero los blancos tendrán que empezar a controlar más los partidos en lo que queda de Champions y Liga para evitar que le cueste una eliminación, como la de Copa ante el Celta, o una derrota como contra el Valencia.
Los rivales no pueden respirar tranquilos ante el Real Madrid hasta que escuchan el pitido final, pero a los de Zidane le esperan rivales tan duros como el Barcelona y el Bayern y les convendría amarrar antes los partidos.