El Celta siempre se ha quejado del poco apoyo y respaldo que recibe de las instituciones gallegas y pontevedresas, por no hablar de que su relación con el Ayuntamiento de Vigo es tensa.
"Hace un año y medio, el presidente Mouriño se lo planteó empujado por mí, porque creíamos que este proyecto estaba agotado. Hemos querido hacer muchas cosas y muchos proyectos que suponen muchos trabajos e ilusiones. Cuando a todo te dicen que no, llegas a la conclusión interna de que debes escuchar ofertas", explicó Antonio Chaves, director general del club, ante el Círculo de Empresarios de Galicia.
No gusta al Celta la situación que vive. "Cuando escuchas te das cuenta de que el Celta es apetitoso para americanos, catarís y chinos, pero no para gallegos ni españoles", afirmó.
"Nos llamó la atención Carlos Slim, propietario del Oviedo y que es amigo de Mouriño", dijo a continuación, antes de revelar el bombazo que pudo cambiar la historia del Celta para siempre.
"Entonces un empresario inteligente pensaría que si el Principado te da cuatro millones al año, a diez años tengo cuarenta millones asegurados. Luego traslado la sede social, porque los clubes no dejan de ser sociedades anónimas privadas, en vez de celeste me visto de azul y tengo a Aspas, a Wass, una serie de activos que traslado allí y es jauja", sentenció.
Un movimiento que, aunque legal, sería la muerte del fútbol tradicional. La historia nos ha demostrado que los traslados de equipos no son buena idea, porque aunque sean empresas, las mantienen los abonados y los socios.
El fútbol nunca será mercantilizado como las franquicias de las grandes ligas deportivas estadounidenses. Y cuando lo sea, no será fútbol.