El 'Pep Team' tuvo que sufrir, y mucho, para hacer que el tesoro de los tres puntos se quedara en el Etihad. Pero eso también define a los equipos grandes. Los verdaderos campeones no son los que siempre ganan, sino los que se adaptan a cualquier situación con tal de acabar por delante en el marcador.
Y el equipo de Guardiola demostró que sabe pasarlo mal y jugar bajo presión. No le quedó otra, ya que comenzó perdiendo desde bien temprano a causa del gol con el que Ogbonna puso de manifiesto la dificultad de los 'citizen' para defender algunas jugadas a balón parado. Hasta cuatro jugadores estaban a centímetros de él... y acabó rematando casi a placer.
Remando a contracorriente
El gol, que decantó la balanza para los 'hammers' antes del paso por vestuarios, activó a los de Pep, que, a menos de una semana de enfrentarse con el United, no querían desperdiciar los ocho puntos de renta que tienen sobre los 'red devils'.
La segunda mitad fue un alegato de Pep a la casta y el pundonor. El City vivió los 45 minutos en el área rival y pudo aprovecharse de ello. El encargado de encarrilar el partido fue Otamendi con un remate de puro 'killer' a pase de Gabriel Jesus desde dentro del área.
Pero el empate no era suficiente y el Etihad empujaba pidiendo más. Sus deseos fueron órdenes para el equipo de Pep, que se colocó por encima, de manera definitiva, gracias a una obra de arte de Silva. El canario, con una tijera que recordó al famoso gol de Cruyff ante el Atlético y al de Torres al Betis, puso el 2-1 definitivo a ocho minutos del pitido final.
Los tres puntos provocan que el City siga siendo tan líder como lo venía siendo hasta ahora. El 'Pep Team' ha ganado 14 de los 15 partidos que ha disputado. La prueba de fuego queda para el próximo domingo, cuando visite Old Trafford para medirse a su gran perseguidor. El West Ham, por su parte, sigue hundido en el pozo del descenso, a un punto del Swansea, actual colista.