El paso de Benito Floro por los banquillos de Costa Rica

El Alajuelense es uno de los equipos grandes de Costa Rica, acostumbrado a pelear por títulos y a dar batalla a los poderosos equipos mexicanos en la Liga de Campeones de la Concacaf, el único torneo internacional al que tienen opción los equipos de Costa Rica.

Sin embargo, desde diciembre de 2013 el Alajuelense (29 títulos) no gana un campeonato local, una larga sequía de siete torneos semestrales en la que ha visto al Saprissa (33 títulos) alejarse y al Herediano (26) acercarse.

Floro fue la gran apuesta de la nueva junta directiva del Alajuelense, encabezada por el presidente Fernando Ocampo, un empresario que busca modernizar el club y devolverlo a puestos de privilegio.

El exentrenador del Real Madrid fue recibido en diciembre pasado por miles de aficionados en su presentación en el estadio Alejandro Morera Soto, una clara prueba de la expectativa que despertaba el nuevo proyecto, al que la directiva y el técnico insistieron en llamar "proceso" para pedir paciencia a los hinchas.

Sin embargo, los resultados nunca llegaron. En 26 partidos dirigidos en el campeonato local Floro perdió 8, empató 9 y ganó 9.

En el Torneo Clausura, jugado en el primer semestre de 2017, el Alajuelense deambuló en la parte baja de la tabla y se quedó fuera de los cuatro primeros puestos que disputaron el título en el cuadrangular final.

Floro, quien también ejercía como gerente deportivo, achacaba los malos resultados a la "mala suerte" a la hora de marcar o cuando el equipo contrario anotaba, o simplemente decía que su equipo jugaba bien y merecía un mejor resultado.

El entrenador pedía paciencia a los aficionados y la prensa para su "proceso", en el que prometio darle la oportunidad a jóvenes futbolistas de la cantera, cosa que nunca ocurrió.

Los argumentos de Floro poco a poco fueron hartando a los aficionados que en las primeras jornadas del Torneo Apertura (segundo semestre) comenzaron a gritar en el estadio "fuera Floro", como reproche al bajo nivel del equipo.

La oportunidad de tomar un tanque de oxígeno para el entrenador español se esfumó hace unas semanas con la derrota 3-0 global frente al Olimpia hondureño apenas en la primera ronda de la Liga Concacaf, un torneo disputado solo por equipos centroamericanos y caribeños, y que es la antesala de la Liga de Campeones de la región.

En agosto se filtró a la prensa el supuesto contrato de Floro y la millonaria cláusula de rescisión, demasiado elevada para las cifras que se manejan en el fútbol costarricense.

Floro, enfadado, dijo que no acostumbra cobrar cláusulas y señaló que una muestra de su cariño y compromiso con el club era que no había cobrado salario los últimos cinco meses con el fin de que la directiva fichara jugadores ante problemas de liquidez.

Los fichajes de futbolistas extranjeros como el estadounidense Iván Luqueta, el brasileño Iago Soares y el trinitense Jamille Boatswayne, entre otros, no han dado resultados y han sido criticados por su pobre desempeño en el campo.

El proceso de Floro nunca encontró estabilidad en las alineaciones, algo que molestó a algunos futbolistas como José Luis Cordero, el '10' del equipo quien a pesar de ser el de mejor promedio de goles y asistencias, era enviado al banquillo o a la grada con frecuencia.

El lugar de Floro lo toma el exjugador Wilmer López, una leyenda del Alajuelense, quien en su primera aventura como técnico debutará nada menos que en el clásico del fútbol de Costa Rica frente al Saprissa el próximo domingo.

"Nosotros nos planteamos un proyecto a largo plazo, ahora hacemos un cambio de timón y nos mantenemos firmes en ese proyecto", declaró el presidente del club al anunciar el lunes la salida del técnico español.

Ocampo dijo que "cambiar un entrenador no es fácil" pero reconoció que "los resultados hablan por sí solos".