El Madrid de Zidane ha convertido sus partidos en un ejercicio de solvencia. Gana y, sobre todo, convence. El año empezó para los blancos con dos títulos, buen juego y unos números que comienzan a asustar al resto de contendientes.
Las cifras son claras: 10 goles a favor y dos en contra en cuatro partidos disputados. Sólo Messi -de penalti- y Lukaku lograron romper la muralla de Zidane. En ataque, las cosas siguen fluyendo como al término de la 16-17.
El 10-2 es una continuación del 22-5 con el que cerró la pasada Liga en las últimas seis jornadas. Tras caer en el Bernabéu con el Barcelona, el Madrid puso la directa hasta que abrochó la campaña con la victoria en Málaga.
Obviamente la rachas terminan y este Madrid no será una excepción. Llegarán las derrotas, las críticas y las dudas sobre si es mejor el 4-3-3 o el 4-4-2. Hasta entonces, el madridismo sigue en una nube.