El Barcelona le puso la cruz a otra de las estaciones peligrosas a las que tenía que viajar esta Liga y se mantiene como sólido líder tras dejar atrás dos empates consecutivos. Los azulgranas llegarán al 'Clásico' con un partido más que el eterno rival, pero si ganan al Deportivo de la Coruña en el Camp Nou tendrán una ventaja de 11 puntos con respecto al Real Madrid cuando el próximo 23 de diciembre comience el 'partido del siglo' de cada año.
Los de Valverde, que volvió a sonreír en un campo maldito para él 13 años después, lo merecieron después de su buena segunda mitad, pero el choque estuvo igualado de salida. El Villarreal planteó una alta presión que alternaba con momentos en los que dejaba tocar al Barcelona para sorprenderle al contragolpe.
El 'submarino amarillo' hacía daño por las bandas y se encontró con la ya clásica parada de Ter Stegen para evitar el 1-0. Antes, Piqué se había topado con el larguero, pero el Barcelona, perfectamente maniatado desde entonces, apenas generaría peligro en la primera mitad.
Enfrente, Soriano emergía con una primer acto imponente, pero el tremendo sacrificio físico que exigía el plan de Calleja le acabaría por cortar las alas a los de amarillo en la segunda parte.
Cansancio decisivo.
Y es que el partido fue otro en los segundos 45 minutos. Todavía asustó de salida un poco el Villarreal, espoleado por el cambio ofensivo de Castillejo por el lesionado Semedo, pero el Barcelona volcó el campo a su favor de manera descarada en cuanto Messi se entonó y comenzó a combinar con Jordi Alba. Ambos volvieron a formar una dupla decisiva, aunque primero Alcácer -sustituto de un discreto Denis Suárez- y luego el propio Messi no estuvieron acertados en dos claras oportunidades que ya tenían pinta de gol.
Para entonces, el partido ya lo controlaba por completo el Barcelona, que aún se vio beneficiado por la roja a Raba tras una entrada muy fea sobre Busquets. Al joven jugador del Villarreal le sobraron ganas y le faltó experiencia para no ir con excesiva fuerza a por un balón que iba a despejar con ventaja Busquets.
Tras la expulsión, el partido terminó por ser completamente azulgrana. El Villarreal estaba roto y apostó por defenderse, pero una gran acción de Messi, Alcácer y Suárez la llevó a la red el uruguayo con un sutil quiebro a Asenjo. Ese gol se clavó como un puñal en el corazón de guerrero de un Villarreal que aún tendría un último estertor con un chut de Trigueros que volvió a despejar con seguridad Ter Stegen.
La energía se le acabó a los locales en esa acción y acabarían por regalarle a Messi el 0-2 en una jugada en la que Jaume Costa no estuvo nada acertado. La victoria confirma al Barcelona como más que serio candidato al título, sobre todo teniendo en cuenta que los azulgranas ya han sellado en esta primera vuelta su viaje a parajes tan complicados como La Cerámica, el Wanda Metropolitano, San Mamés o Mestalla. La rúbrica podría llegar en el Bernabéu.