Un centro pasado, sin peligro para la meta del conjunto blanquiverde, se iba a perder por línea de fondo. Allí estaban calentando dos jugadores del Sporting B, y uno de ellos hizo ademán de controlar el balón.
Por su cabeza pasaría la idea de evitar que se perdiese por línea de fondo y el tener que ir a buscarlo, un clásico del fútbol aficionado. Falló y el balón salió rebotado y trató de evitar perderlo tocándolo con su mano.
El problema es que lo hizo con el balón en juego. Da igual que lo hiciera con la mano, la cabeza o el pie. Tocó un balón en juego sin ser uno de los 22 futbolistas sobre el terreno de juego.
Se iba a perder por línea de fondo. Sí. Su acción no influyó en absoluto en el devenir de la jugada. También. Pero las normas son las normas, y el reglamento es claro en este aspecto.
Estando el balón en juego, ningún futbolista que no sea uno de los 11 de cada equipo puede tocarlo. Los jugadores del Sporting fueron a sacar de puerta, como si tal cosa. Los del Académica, más veterano, más curtidos, corrieron a reclamar penalti.
Un penalti que fue concedido, lógicamente. El colegiado seguramente tuvo que explicar a los chavales que, por muy buenas que fueran las intenciones de su compañero, lo que había hecho era ilegal.
Sin embargo, es posible que el árbitro se excediera. En estos casos, lo normal es sancionar la infracción con un libre indirecto, o, incluso, con un bote neutral.
El gol supuso el empate del Académica, que a la postre terminaría ganando al filial del equipo lisboeta por un gol a dos.
İLGİNÇ BİR KARAR | Sporting B - Academica maçında verilen bir garip penaltı kararı pic.twitter.com/BKABHFK1xY
— spor!zma (@sporizmacom) 14 de mayo de 2017