Timo Werner adelantó pasado el cuarto de hora de juego a los de la bebida energética, pero Thorgan Hazard, el mediano de la talentosa familia belga, empató el partido en el 25' al convertir un penalti.
Un breve respiro para el cuadro visitante, pues Augustin volvía a poner por delante al Leipzig en el minuto 31. Así se fue el partido al descanso.
Pero la alegría de los locales sólo duró hasta que Stindl, en el 62', volvía a empatar por segunda vez el partido para el 'Gladbach. El Leipzig entonces se frustró, y pagó esa actitud con ocasiones falladas y una expulsion.
La del talentoso Naby Keita, por patear la cara de Christoph Kramer. Una roja merecida que dejó el partido visto para sentencia.