Con mucha intención y ganas de ir a por la derrota, el Eibar le jugó de tú a tú a uno de los grandes, eso sí, en horas bajas, de Alemania. Al equipo español le sobraron ganas, pero le faltó acierto.
Poca historia tuvo la primera mitad. Mucho movimiento del balón pero pocas ocasiones, una tónica que provocó que el descanso llegara con un luminoso sin inaugurar.
En cuanto a la segunda mitad, todo pasó por un autogol de Cote en el minuto 67 que desequilibró el marcador y dejó el 1-0 definitivo. Mal resultado, pero buenas sensaciones... que, al fin y al cabo, es lo que importa en pretemporada.