Tal día como hoy, pero de 2009, se inauguraba el Donbass Arena. Nacía el estadio más moderno de Ucrania. Fue diseñado por la misma empresa que gestó el Etihad Stadium, el Allianz Arena y el famoso 'Nido de Pájaro' de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
Fue una obra de ingenieria maestra, y se llevó a cabo en poco más de tres años (la primera piedra se puso el 27 de junio de 2006). Sin embargo, el destino le tenía preparado un futuro inesperado.
El Donbass Arena fue inaugurado el Día de los Mineros, también festivo por ser el día de Donetsk, ciudad minera de Ucrania por excelencia. De hecho, Shakhtar Donetsk quiere decir 'los mineros de Donetsk'.
El estadio se estrenó justo después de que el Shakhtar lograse su gran éxito deportivo por antonomasia, la Europa League de 2008-09.
Los años siguientes, aunque el éxito en Europa se le resistió al Shakhtar, arrasó en Ucrania, ganando cinco ligas seguidas. Y entonces estalló el conflicto en la ex república soviética.
En 2014 el conflicto ucraniano se extendió al Donbass. La revuelta de los proeuropeos propició un golpe de estado que acabó con el presidente Yanukovych y eso provocó la intervención de Rusia en su país vecino para proteger sus intereses.
En el Dombass, de tendencia prorrusa, la revuelta no triunfó, y lo que ocurrió fue que se proclamó la secesión de la región. Y el conflicto, que parecía bajo control, se desmadró.
La guerra había llegado a Donetsk, y el Shakhtar decidió moverse a Lviv (Leópolis, en castellano). El Donbass Arena, otrora orgulloso e imponente estadio, quedó en un estado de semi abandono, y a merced del fuego de artillería.
La peor parte se la llevó en los primeros compases del conflicto, cuando se llevó varios impactos directos entre agosto y octubre de 2014. Ahora mismo el conflicto se encuentra en un punto muerto, pero al no haber un alto el fuego en vigor, el Shakhtar sigue jugando lejos de casa.
De hecho, desde 2017, mediada la temporada, decidió pasar a jugar en Kharkiv (Járkov). Pasó de jugar 1.000 kilómetros al oeste de Donetsk a hacerlo a casi 250 al norte. Más cerca de casa, sí, pero más lejos para todo aquel equipo que tenga que jugar contra el Shakhtar.
Así hoy, ocho años después de su inauguración, el Donbass Arena sigue esperando el retorno de su equipo. Lejos de estar completamente abandonado, el césped se sigue tratando de mantener vivo y el mantenimiento del estadio se sigue realizando con regularidad.
Ocho años, pero sólo cinco de ellos de verdadera actividad. Y hasta que el conflicto no termine, el Shakhtar no volverá. El estadio más moderno de Ucrania tiene su futuro en el aire.