29 de junio de 2000. Holanda e Italia disputan la segunda semifinal de la Eurocopa del año 2000. La primera, horas antes, había enfrentado a Francia y Portugal en Bélgica, en el partido de infausto recuerdo para los lusos de la mano de Abel Xavier y el gol de oro de Zidane.
Pero hoy es el día de Holanda, anfitriona por jugarse la Eurocopa a medio camino entre Bélgica y los Países Bajos. Los holandeses son favoritos después del 6-1 a Yugoslavia en los cuartos de final y de su pleno de victorias en la fase de grupos, incluido un inolvidable 2-3 a la todopoderosa Francia.
Cuentan con el apoyo del público y de gran parte del mundo del fútbol, pero han olvidado la competitividad de Italia. Los transalpinos también han llegado con pleno de victorias y con Totti, Del Piero e Inzaghi en plenitud. Y con un arma secreta, el portero Francesco Toldo.
Gianluigi Buffon se ha lesionado días antes del inicio del torneo y el portero de la Fiorentina ha llegado de rebote a la titularidad. Y lo ha hecho para convertirse en el gran héroe italiano.
Los Bergkamp, Kluivert y Overmars se estrellan contra el brillante portero italiano durante todo el partido, sobre todo tras la expulsión de Zambrottra mediada la primera parte. Ni de penalti son capaces los holandeses de derrotar a Italia. Primero, Toldo niega a De Boer y, después, Kluivert la envía al palo.
La portería italiana está maldita y el partido se va a los penaltis, donde Toldo vuelve a engrandecerse hasta límites insospechados. Vuelve a decirle 'no' a De Boer en el primer lanzamiento, Stam envía el suyo al limbo y, finalmente, sentencia la clasificación parándole el cuarto lanzamiento a Bosvelt.
Italia estaba en la final, donde de la manera más cruel perdió ante Francia, pero aquel día el mundo del fútbol se arrodilló ante Toldo y pasó por alto la baja de un jovencísimo Buffon que volvería con más fuerza que nunca sólo unos meses después.