En caso de que se reconozca a Cataluña como región independiente al país al que pertenece actualmente, equipos como Barcelona, Girona, Espanyol, Nàstic y Lleida quedarían fuera de los torneos que se disputan en España.
Esta prohibición está basada, como es lógico, en la Ley del Deporte. "Sociedades Anónimas Deportivas y clubes que participen en una competición profesional deberán inscribirse en el Registro de Asociaciones Deportivas correspondiente y en la Federación Deportiva", se especifica en uno de sus artículos.
Para participar en una competición española, los clubes deben estar registradores en la RFEF y pertenecer al país: "Cualquier club que quiera participar en competiciones oficiales deberá estar afiliado a la Real Federación Española de Fútbol e integrado en esta. Además de en la Federación, también tendría que ser miembro del país en ámbito autonómico".
Este último sería el punto que provocaría el adiós de Barça y compañía de LaLiga, ya que la independencia provocaría que la Federación Catalana dejara de pertenecer a la RFEF, lo que imposibilitaría que sus equipos afiliados participaran en competiciones españolas, perdiendo, además, sus privilegios europeos, ya que la UEFA le otorga a las federaciones un número de plazas determinadas de cara a la participación en sus competiciones.
Eso sí, aunque inicialmente los equipos quedaran fuera de las competiciones españolas, se podría llegar a alguna excepción. Aunque todo pasaría por completar varios procesos entre federaciones que llevarían tiempo, por lo que, de darse la independencia, podríamos vivir una etapa en la que no hubiera equipos catalanes en Primera, Segunda, Segunda B y Tercera.