El Atleti quiso despedir su estadio con la más épica de las remontadas

Sí, ha habido resultadas más impresionantes que la que buscaba el Atleti esta noche, pero tratar de lograrla en la última noche europea del que ha sido su estadio durante 50 años, y ante el gran rival, es otro nivel.

El Atlético estuvo a la altura. De hecho, la primera media hora fue memorable. Y, aunque se llevó la victoria, esa genialidad de Benzema fue demasiado.

El diez de mayo podría haber entrado en la historia rojiblanca, como las otras grandes noches europeas, pero no pudo ser. Los más viejos del lugar recuerdan cinco, algunos han vivido apenas tres.

Todos, sin embargo, recordarán este conato de hazaña, pese a todo. No al mismo nivel que las otras, pero pasará a la historia como el día en el que el Atlético estuvo a un gol de sacarle los colores a un Madrid que ganó 3-0 la ida.

La primera gran noche europea del Calderón se vivió en 1971. El Atleti se medía al Cagliari en los octavos de la Copa de Europa, después de perder 2-1 en la ida. Se ganó 3-0 y fue la primera gran remontada europea de los rojiblancos.

Dos años más tarde llegó la siguiente noche para el recuerdo. Fue el Atleti-Celtic de semifinales de aquella Copa de Europa que se perdería a manos del Bayern, una victoria por dos goles a cero lograda con sufrimiento tras el infame partido de ida, el 0-0 que fue la 'batalla de Glasgow'.

Hubo que esperar muchos años para ver la siguiente. Algunos recordamos aquel penalti fallado por Esnaider cuando el partido de vuelta de cuartos de la Champions de 1996-97 ante el Ajax, pero no, no nos referimos a aquella triste noche, casi más que ésta.

Fue en la Europa League en 2012, unos meses después de ponerse Simeone a los mandos de la nave. Fue la primera gran noche europea del 'Cholo', una engañosa victoria por 4-2 ante el Valencia, culminada en Mestalla a la vuelta con un no menos sufrido 0-1.

¿Y cómo olvidar la tapada de boca a Muntari en la Champions de 2014? El cruce de octavos emparejó a rojiblancos con 'rossoneri', y Muntari tuvo la ocurrencia de decir antes del sorteo que quería al Atleti como rival. Deseo concedido.

Diego Costa le hizo no haber deseado haberlo dicho. El 0-1 de San Siro fue el preámbulo de la humillación. Ese 4-1 fue memorable, el primer paso hacia la infame final de Lisboa.

Y terminan las grandes noches europeas con otro partido de Champions, el 2-0 al Barcelona dos temporadas más tarde. Había que remontar un 2-1 y fue Griezmann el que anotó los goles necesarios.

Tras 52 partidos de Copa de Europa y Champions League, 29 de Recopa y 62 de Copa de la UEFA y Europa League, el Calderón echó el cierre europeo para siempre. No volverá a sonar el himno de la Champions por su megafonía.

Se ha dicho adiós a un símbolo con una victoria. Amarga, pero victoria a fin de cuentas. Hay que encontrar consuelo. Pudo haber sido mítica, qué duda cabe.