Mientras medio mundo se paralizaba ante un nuevo 'Clásico' en Barcelona, en Francia, en una ciudad de poco más de 7.000 habitantes, Neymar hacía lo que quería para dar al PSG su segunda victoria en el inicio del campeonato galo.
El brasileño cumplió con el guion y fue el más destacado del choque. Merodeó el gol hasta que lo consiguió en los últimos instantes, dio una asistencia y fue un peligro constante para el modesto equipo del norte de Francia.
En la Ligue 1, Neymar dominará a su antojo, porque su calidad está muy por encima de la de la competición. Pero también verá cómo los grandes focos poco a poco se apartan de él. El interés del debut dejará paso a la indiferencia cuando el brasileño marque gol tras gol y domine la liga a su antojo.
Y ya se ha podido ver hoy, cuando todo el mundo habla de los zapatazos de Cristiano Ronaldo y Asensio y no de su debut casi impecable en Francia. ¿Si buscaba un camino fácil hacia el éxito? Eso parece, pero el Balón de Oro podría alejarse para el brasileño a medida que el interés de su debut decrece y los medios vuelven a fijarse en lo de siempre: Barcelona, Real Madrid y la Premier.