El Arsenal empezó la temporada con una victoria en un partido extraño ante el Leicester. Parecía que había trabajo pendiente, y el Stoke City lo ha confirmado.
Un equipo confuso, confundido. Voluntarioso como pocos, pero incapaz de transformar su claro dominio en goles. Esto es el Arsenal hoy en día.
El encuentro comenzó con alternativas para ambos equipos, pero pronto quedó claro qué clase de partido iban a jugar cada uno de ellos.
El Arsenal quería combinar, jugar rápido y descolocar a su rival, desarmarlo, desarbolar sus líneas defensivas. El Stoke, por su parte, buscó claramente la velocidad de Jesé, la explosividad de Shaqiri, y el olfato de Choupo-Moting.
Pero los planes de Mark Hughes se torcieron muy pronto. Porque Xherdan Shaqiri se rompió a los 25 minutos de partido. Malas noticias, porque eso obligaba a cambiar ligeramente el esquema.
Entró Berahino, el delantero maldito que va camino de los dos años sin ver puerta, y Choupo-Moting pasó a la banda.
El marcador no se movió, pero el Stoke puso en apuros al Arsenal en más de una ocasión, sobre todo tras desconectar a Xhaka del partido. El suizo fue regateado en dos ocasiones casi seguidas, y se borró. El Stoke lo vio y empezó a buscarle.
Pero ni así batieron los 'potters' al Arsenal. Tras el descanso, parecía que se seguiría el mismo guión, pero no. Apareció Jesé, una vez más.
Porque el canario generó peligro con cada balón que tocó. En esta ocasión, en el 47', recibió un balón en la medular, tras un robo en campo propio de Cameron. Condujo y se la pasó a Berahinho, quien amagó una bicicleta a Mustafi y se la devolvió a un Jesé que le doblaba por dentro.
Encaró a Cech y al primer toque, para adentro. Gol, golazo, y nuevo escenario en el bet365 Stadium. Porque si el Stoke jugaba antes al contragolpe, ahora directamente se encerró y confió en la velocidad de sus tres hombres de arriba.
El Arsenal encajó mal el golpe, pero terminó recomponiéndose, aceptó el desafío y embotelló al Stoke. Los cambios le mejoraron el aspecto al Arsenal, pero no fueron suficiente.
Giroud pidió la titularidad a gritos, porque con su entrada llegó el peligro real a Butland, el otro héroe de Stoke-on-Trent esta tarde. Lo paró todo, salvo un gol de Lacazette que anotó estando en fuera de juego. Muy justo, pero lo estaba.
Al final, 1-0 y primera derrota del Arsenal este año. Inesperada en parte, sea dicho. Porque ante el Leicester quedó claro que Wenger tiene mucho trabajo por delante, algo que hoy, tras el partido, resulta innegable.