Con la intención controlar y hacer suyo un pase largo desde el la defensa del Alavés, el central azulgrana se relajó, lo que pudo salirle bastante caro al Barcelona.
Y es que, pese a quedarse con el balón, el central no pudo hacer frente a la gran presión de Ibai Gómez, que le robó la pelota y se plantó cerca del borde del área, colocando un disparo al palo derecho de Cillessen.
El balón lo escupió la parte interna de la madera y se paseó casi por línea de gol, pero Deyverson no pudo empujarla.