La científica americana ha destapado un nuevo método de dopaje en el deporte, el microbioma Prevotella que se puede encontrar en el intestino de algunos deportistas de élite. "Lo puedes llamar dopaje de caca, si quieres", dijo la prestigiosa microbiológa y practicante de mountain bike en una entrevista.
Paterson sufría la enfermedad de Lyme y sus investigaciones le llevaron a practicarse un trasplante de heces de un ciclista profesional. El resultado fue tan fascinante que le llevó a preguntarse hasta dónde podría llegarse con esta técnica.
Y es que la investigadora pasó a entrenar cinco días a la semana, por los dos habituales, incluso a participar y ganar carreras de cierto nivel.
"En mi estudio se demuestra que sólo la mitad de los ciclistas lo tienen, pero los ciclistas top siempre lo tienen. Es algo que también tiene el 10% de la población", apuntó en la entrevista la científica.
La Prevotella tiene un efecto fantástico en la recuperación muscular y Paterson está actualmente inmersa en una investigación para extraerla, estudiarla y crear una píldora probiótica natural para atletas o aspirantes a serlo.
La microbióloga lo tiene claro: "puedo asegurar que el dopaje bacteriano está a punto de llegar al deporte". Y es que algunos, empeñados en adulterar la competición mediante el dopaje, no dudan en emplear el trabajo bien intencionado de gente como Paterson con fines ilegales.
El fútbol no es un deporte demasiado afectado por el azote del dopaje, quién sabe si porque está controlado, o más bien porque no conviene tenerlo controlado.
Lo cierto es que las autoridades deberán de enceder las alarmas ante esta nueva amenaza de dopaje, más aún cuando desde círculos científicos se está advirtiendo con tiempo de antelación suficiente.