Apenas les conocía nadie y sólo hubo un equipo que pudo hacerse con los dos jugadores el mismo año: el Bastia. El equipo francés tuvo la oportunidad de, primero a Cristiano y más tarde a Ribèry, hacerse con dos de las grandes estrellas del fútbol moderno, pero rechazó dichas propuestas... por menos de 1 millón de euros.
Todo sucedió en el año 2002-2003, cuando Jo Bonavita, el por entonces director deportivo del club, recibió la llamada de Wagner Ribeiro, un conocido representante de futbolistas que le puso encima de la mesa la posibilidad de fichar a Cristiano después de que el Sporting de Lisboa disputará un amistoso frente a ellos.
Pese a que a Bonavita le gustó la manera de jugar del 'crack' luso, rechazó la propuesta por considerar los 800.000 euros que el club pedía por él. Lo consideraba una cantidad bastante alta para un jugador sin apenas experiencia. No lo hizo así Alex Ferguson, que sí dio el paso y triunfó apostando por el ganador de cuatro Balones de Oro.
En cuanto a Ribèry, el francés fue ofrecido por su por aquel entonces equipo, el Olympique Alés, un club de la modesta Cuarta División francesa. Su precio, mucho más irrisorio (2.500 euros), tampoco le pareció una buena opción a Bonavita, que rechazó el fichaje por tener "demasiados centrocampistas".
Cuando se reveló todo esto, en el pasado mes de diciembre mediante la publicación de un libro llamado 'Leyendas del Bastia' y escrito por el propio Bonavita, los aficionados se tiraron de los pelos. Pero ahora, esta anécdota es más dolorosa tras haberse certificado su descenso a Segunda División en una temporada desastrosa en la que el equipo acabó como colista de la Ligue 1.
Lo más probable es que, aunque hubieran fichado por el Bastia, ambos 'cracks' se hubiera marchado unos años después... pero a valor seguro habrían dejado una cantidad económica bastante grande que les habría ayudado de cara al futuro.