"Los chicos pensaban que sólo había sido unos petardos", explicó Löw a la conclusión del choque. Al parecer, ni él ni Deschamps quisieron alarmar más a los internacionales alemanes y franceses con el objetivo de que no se sembrara el pánico y el caos en el estadio.
"Inicialmente yo pensé lo mismo", aclaró el técnico alemán, que afirma que se llegó a un acuerdo entre las selecciones y el propio árbitro del encuentro, el español Mateu Lahoz, para que el amistoso siguiera adelante.
Más tarde se supo que uno de los terroristas yihadistas estuvo a punto de inmolarse en las puertas del Stade de France, campo en el que se disputó el encuentro.