El Cádiz está más cerca de Primera División. Gracias a una intensidad impresionante y al aliento del Carranza, los de Cervera dieron un paso importante, aunque no definitivo, hacia el objetivo: el ascenso.
Antes, tendrá que pasar por el Heliodoro Rodríguez López para vérselas con un Tenerife que tiene que cambiar muchas cosas. Los de Martí no fueron ni un esbozo de lo que han sido esta temporada y deberán dar un giro radical para frenar a la 'fiebre amarilla'.
El encuentro no fue una oda al fútbol. No era un partido para ello tampoco. Mucho en juego entre dos equipos que empezaron dubitativos el choque, aunque los de Cervera rápidamente se hicieron con la batuta del encuentro.
Las ocasiones fueron llegando y el Cádiz encontró su recompensa en un cabezazo de Aridane que besó el fondo de las mallas. Cuando todo el Carranza lo celebraba, el colegiado anuló el tanto por una supuesta falta que fue muy protestada por el conjunto local. Muy dudosa de hecho.
A pesar del varapalo, los gaditanos no se rindieron. Siguieron insistiendo gracias a un Álvaro que fue todo un pulmón por la banda izquierda y que hizo muchísimo daño a la defensa visitante.
Desdibujado Tenerife.
Tras el descanso, el Tenerife arrancó el encuentro con un amago de reacción que duró más bien poco. El paso adelante de los de Martí se vio rápidamente apagada por un Cádiz mucho más intenso que no cedió ni un metro en su presión.
Salvi pudo abrir el encuentro tras un saque de esquina. La recibió en la esquina y su disparo, tras pasar por una maraña de piernas, se estrelló con el póster. Tres jugadores locales esperaban el rechace, pero este fue directo a las manos del guardameta del Tenerife.
Un portero que sería protagonista escasos minutos después. Aketxe probaba suerte desde más de 35 metros y pilló desprevenido a Dani Hernández, que creyó que el balón se marchaba fuera. El guardameta encogió las manos y se sorprendió al ver el balón dentro de la portería.
Un golazo, a pesar del fallo del guardameta visitante, con mayúsuculas que hizo enloquecer al Carranza. Pero el Cádiz quería más y no se echó atrás en ningún momento, más bien todo lo contrario. Y es que Cervera dio entrada a Ortuño para intentar ampliar la ventaja en los minutos finales.
El Tenerife gozó de su única ocasión en todo el partido en un disparo de Lozano que salió cerca de la portería de Cifuentes. Poco más para los de Martí que ni a base de balones colgados pusieron en peligro la victoria local.