Andrés Iniesta jugaba al lado del 'crack' argentino, mientras que Sergio Busquets firmó su primer contrato de élite y Gerard Piqué cumplió su primera temporada tras su regreso a la Ciudad Condal.
Por aquel entonces, algunos jugadores de la actual plantilla no habían dado el salto al máximo nivel. Por ejemplo, Dembélé sólo tenía 12 años cuando Messi levantó su primer Balón de Oro.
Gerard Deulofeu y Denis Suárez eran quinceañeros y Rafinha tenía un año más que ellos. Por otro lado, Digne y Umtiti pugnaban por un puesto en las categorías inferiores de Francia, uno desde el juvenil del Lille y otro desde el juvenil del Olympique de Lyon.
Semedo jugaba en las categorías inferiores del Sintrense portugués y Ter Stegen en el filial del Borussia Mönchengladbach. Y es que cuando Messi ganó su primer Balón de Oro no tenían asegurado un puesto en la élite del fútbol.
Algunos como André Gomes dieron un paso importante en su carrera. El portugués cambió el Oporto por el Boavista, equipo en el que logró deslumbrar y despertar el interés del Benfica.
Por otro lado, los españoles Jordi Alba y Aleix Vidal daban sus primeros pasos en el fútbol de élite. El primero jugaba en el filial del Valencia y el segundo en el Espanyol B. Por su parte, Sergi Roberto jugaba en las categorías inferiores del Barça.
Rakitic estaba en el Schalke, Vermaelen en el Arsenal, Luis Suárez en el Groningen, Paulinho vivía entre Audax y Bragantino. Arda Turan ingresó en el Galatasaray y Cillessen llegó al Ajax.
Seguramente que ninguno pensó en compartir vestuario con uno de los mejores jugadores del mundo en ocho años.