Poco a poco, César Jiménez va volviendo a la normalidad después de haber pasado un calvario en el fútbol. Corría la temporada 2005-06 cuando el ya ex jugador militaba en el Zaragoza.
El 16 de enero del 2005, el conjunto maño se enfrentó al Madrid y, durante el transcurso del encuentro, tuvo lugar una acción bastante fea. En un lance del choque, Figo entró con los tacos por delante y destrozó la rodilla izquierda de Jiménez.
El dolor se pudo ver en su rostro y los peores temores se confirmaron: rotura del ligamento cruzado anterior y microrrotura del menisco. Demasiado castigo para el abulense, que vio su carrera truncarse en un momento.
Ante la impotencia de no poder volver a jugar al fútbol, César Jiménez decidió colgar las botas el 14 de marzo de 2007. 10 años después, al ex jugador le ha llegado una nueva oportunidad en el balompié: el Ávila.
El equipo de su ciudad le permite que vuelva a recuperar la sonrisa y será su entrenador la próxima temporada en Tercera División.