La Selección Galesa llegó en 2016 por primera vez a una Eurocopa y el delantero se echó el equipo a sus espaldas para hacer de esa pionera participación un auténtico éxito.
De hecho, tuvo que ser la posterior campeona del cetro europeo, la Portugal de su compañero Cristiano, la que dejara en la cuneta a los de Coleman en las semifinales.
Personalmente, Bale sí llegó a la final. Al menos, a la de las individualidades. Y es que supone un gran mérito anotar tres goles y dar una asistencia en un combinado sin grandes jugadores ni estrellas reconocidas. Curiosamente, el atacante no fue considerado para el mejor once de la competición, lo que provocó un gran rechazo entre el respetable.
Dos años más tarde, Gales sigue demostrando que es Bale y poco más. Con la baja del madridista, los 'red dragons' han mostrado su peor versión, hasta el punto de caer en casa ante una Irlanda que, hasta el momento, marchaba por detrás en la tabla.
Tras una fase de clasificación más que irregular, con pérdida de puntos ante rivales 'menores', Rusia no contará con el 'Expreso de Cardiff' pese a sus cuatro tantos logrados en los siete partidos disputados.