Jesé y Deulofeu eran las estrellas de las canteras de Real Madrid y Barcelona. Dos talentos incipientes que se hicieron buenos amigos en las inferiores de la Selección Española y que asombraron al mundo por su velocidad y desparpajo en los torneos que compartieron.
Ambos pegaron el salto definitivo hace algunas temporadas. Llegaron al primer equipo, pero por diversos motivos nunca llegaron a asentarse. Deulofeu se fue topando con entrenadores que no comprendieron su carácter y tuvo que buscarse las habichuelas en el Everton, donde estuvo años sin demostrar todo el potencial que atesora. Su paso por el Milan le valió ganarse el billete de vuelta al Barcelona y a la Selección Española con el reto de reencontrar su mejor versión.
En cuanto a Jesé, la lesión de rodilla frenó una progresión meteórica y fue perdiendo sitio en el Real Madrid. Tras la llegada de Morata se le cerraron las puertas del primer equipo y buscó fortuna en el PSG a las órdenes de Emery. Otro talento de la Fábrica blanca que tuvo que buscarse la vida lejos del Bernabéu. Probablemente, el más esperanzador de la última década.
Pero en París tampoco funcionó, ni en Las Palmas. Y ahora busca equipo porque Emery sigue sin contar con él. Jesé necesita reencontrarse, pero no ha encontrado aún el lugar adecuado.
La pareja de oro de las inferiores de la Selección, los talentos de La Masia y La Fábrica, dos promesas consagradas que no encontraron sitios en dos de los mejores equipos del mundo y que ahora intentan recuperar su brillo en otra parte.