2017 es el año de la explosión de Isco. De ser un recurso de banquillo, aunque habitual en los encuentros, ha pasado a ser fundamental para Zidane, esté ya o no la 'BBC'. A eso hay que añadir que se ha erigido en líder de la renovada Selección Española de Lopetegui. No es de extrañar la nominación.
A sus 25 años, Isco recoge los frutos a un trabajo silencioso que también fue reconocido con la renovación hace pocos días. Reconocido simpatizante 'culé' en su juventud, ahora es el ídolo de un Bernabéu que queda embobado por las virguerías de Isco.
El reciente encuentro de España de Italia ratificó una vez más la tendencia al alza de un jugador que por su fisonomía y fútbol callejero estuvo más de una vez bajo sospecha. Unai Emery le hizo debutar en el Valencia, pero no le dio un papel preponderante. Aún se lo recuerdan al ahora técnico del PSG. Verratti no estaría de acuerdo con su actual técnico: Isco le devastó.
Especialmente a Emery se le critica por la frase que se le atribuye en su libro 'Mentalidad ganadora', en el que se dice de Isco que es un jugador "con cierta indisciplina y tendencia a engordar". En busca de más minutos se marchó al Málaga, firmó dos años maravillosos, incluidas exhibiciones en Champions, y en 2013 Florentino puso 30 millones para llevárselo.
Los números confirman que Isco ha sido más importante en el Madrid de lo que habitualmente se ha dicho. Hasta hace poco, Isco y Cristiano compartían mismo número de choques jugados (200) en el Madrid desde 2013 (aunque CR7 sumaba muchas más titularidades). A Zidane le tiene encandilado.
Real Madrid y España disfrutan de un futbolista que goza de un nivel que han mostrado pocos centrocampistas en Europa en los últimos meses. Para el Mundial ya le señalan como una de las estrellas. De momento, aunque no es favorito, ya se encuentra entre los 30 mejores.