En 2009, el Rubin Kazan de Gurdan Berdiyew sumaba su segunda Liga Rusa consecutiva, mostrándose al mundo como un equipo compacto y peligroso, a pesar de disputar su primera campaña en la élite en 2003.
Desde entonces, el cuadro ruso ha ido sumando capítulos importantes, disputando competiciones europeas de forma constante. Todo hasta este final de 2017, en el que el cuadro ruso da señales de descomposición.
Según avanzó 'Telegraph', el Rubin debe cuatro meses a su plantilla, algo que está a punto de provocar una desbandada general. Song o M'Vila son los primeros que abandonarán la disciplina rusa, pero pueden ser muchos más.
Tiempos difíciles para un equipo que hace dos temporadas renovó su plantilla aspirando a volver a ganar títulos. Sin embargo, las sombras planean sobre un proyecto perdido y sin dinero.