Millonarios aún se está frotando los ojos entre las lágrimas y la incredulidad que experimentaron sobre el verde del templo de Medellín.
Los visitantes ofrecieron una cara nada cobarde en casa de un Nacional que logró ofrecer, a ratos, un fútbol ofensivo y atractivo.
Vikonis, meta del cuadro de Bogotá, se empleó con eficacia en las llegadas de los pupilos de Reinaldo Rueda que, por otra parte, sufrían de lo lindo con las contras rápidas aunque poco efectivas de su rival.
El encuentro pasó por varias fases, siendo Millonarios más valiente e incisivo que Nacional tras la vuelta de vestuarios. Sin embargo, el 0-0 que ya se vio en la ida parecía el destino marcado para esta eliminatoria... hasta que llegó Dayro.
El delantero, en su hábitat natural, suele perdonar en muy pocas ocasiones. Y tras el regalo caído del cielo, Rodin y el larguero, se encargó de hacer enloquecer a los miles de seguidores locales en el minuto 92.
Solo tuvo que empujarla, lo mismo que hizo con su equipo, al que catapultó hasta la final de un torneo que vivirá sus últimos capítulos del curso.