No tiene oposición. Nadie se atreve a plantar cara al mandamás blanco. Esta afirmación es aún más cierta si nos ceñimos a lo meramente institucional.
Porque, una vez más, el Real Madrid ha afrontado unas elecciones a la presidencia con un único candidato, el vigente presidente.
Así resulta muy difícil perder, claro. Lo cierto es que, al menos de un tiempo a esta parte, a Florentino le respaldan los éxitos deportivos. ¿Cómo presentarse contra el presidente que ha ganado tres de las últimas 4 Champions?
Los años grises del 'mourinhismo' son historia. Esos años en los que ganar una Copa del Rey obligaba a vallar la Cibeles, porque enfrente estaba el mejor Barcelona de la historia.
Ahora el viento sopla a popa al Real Madrid, y Florentino se elige como el líder que logra mantener más que este barco a flote, mantiene su rumbo al éxito.
La autodestrucción blanca de su primera etapa, tras el estrepitoso fracaso de la política de 'Zidanes y Pavones', es cosa del pasado. Hoy en día brilla el sol en Concha Espina. Y Florentino personifica como nadie esta etapa exitosa que no parece tener fin.