Y es que el portugués nunca se ha quedado en blanco en el primer partido que ha jugado después de un Balón de Oro. Cristiano siempre celebra su coronación como sólo él sabe: con goles.
En las cuatro ocasiones que Cristiano fue nombrado mejor jugador del mundo durante su etapa en el Madrid, ha marcado siempre en el siguiente partido y su equipo ha ganado. Un seguro de vida de color dorado.
En 2013 lo hizo contra el Betis (0-5), en 2014, con un doblete, el Getafe (0-3). El año pasado marcó en Granada (5-0) y este volvió a mojar por partida doble en el 5-0 frente al Sevilla.
En total, seis goles en los cuatro partidos que ha jugado después de sus Balones de Oro. A Cristiano le sienta bien el dorado... y al Madrid, también.