Como piedra angular del atrevido planteamiento de Fernando Santos, Cristiano era consciente de que tenía encima a todo un país. Y es en estas ocasiones cuando más brilla el luso. Ofreciéndose de manera continua desde el inicio del choque dejó patente que quería que este fuera su partido. Y lo fue.
Escudado por Quaresma, su 'alter ego' por banda derecha y con la referencia fija de un Bernardo Silva que ya se ha ganado el puesto de titular en la punta, el 'show de Cristiano' comenzó desde que en el minuto 2 avisara desde unos 30 metros. Esta primera se le marchó desviada, pero la puntería fue afinándose minuto tras minuto.
Más se acercaba Portugal y más sufría una Hungría que en ninguna etapa plantó cara en 'Da Luz'. Encerrados, temerosos y con demasiados nervios cada vez que cazaban la bola, su juego se basó en balonazos arriba y aguantar el balón hasta perderlo. No tuvieron ni argumentos, ni parecieron quererlos.
Sparring húngaro
Como si se tratara de un entrenamiento, Portugal entendió que el único rival que tendría sobre el césped de Lisboa esta noche eran ellos mismos. Con paciencia, puntería y ganas, el gol estaba cada vez más cerca con tal se acercaba la primera media hora. Y la justicia dictó sentencia a partir del minuto 32.
André Silva fue el encargado de allanarle el camino hacia el Mundial a los campeones de Europa. El delantero remató un balón franco que le puso Guerreiro desde la banda, pero gran parte del mérito del gol residió en el propio Cristiano, que fue el encargado de subir el balón desde tres cuartos, aguantar frente a dos rivales y descargar en el lateral para dejarle sin oposición.
Tan sólo cuatro minutos más tarde, el delantero del Oporto le devolvió el favor a su capitán. Con su tacón bajó un pase en largo que llegaba desde el centro y el balón le cayó a Cristiano, quien le pegó de primeras desde fuera del área. Zurdazo, por abajo y pegado al poste derecho. Imposible para un Gulácsi que no pudo hacer nada y miraba al horizonte, sabiendo que ese gol no sería el último.
Pero tampoco quiso cansarse demasiado Portugal y buscó el tercero con más calma... aunque no tardó en encontrarlo. Poco después de haberse sumado el primer cuarto de hora de la segunda mitad, 'CR7' puso el balón en el fondo de las mallas con un misilazo a balón parado. Escorado y a unos 25 metros, Cristiano tiró de esa calidad que a veces le sobra -y otras le falta- desde los lanzamientos de falta.
El tercero fue una sentencia. Una llave para abrir un tesoro con tres puntos de oro que permiten a Portugal seguir en la pugna por el Mundial. Los lusos han dejado atrás a Hungría (cinco puntos menos) y ahora tienen como objetivo la primera plaza, ostentada por Suiza, a sólo tres.