"Solamente le dije que hablara menos y que jugara más, pero no pasó nada. Hay que entender lo mucho que estaba en juego, estábamos en caliente y seguimos siendo amigos", comentó Vidal tras el encuentro.
Y es que la acción fue desagradable. Kimmich malinterpretó un gesto de Bravo, se encarón con él, y Vidal llegó como un toro desbocado a poner paz, y lo único que logró fue tensar aún más la situación.