Aperribay, reelegido presidente de la Real

La reunión ha sido tranquila para el presidente realista, con una presencia de 237 socios que han escuchado el proyecto para la nueva era Aperribay, con la remodelación de Anoeta en los dos años próximos como el principal motivo para haber adelantado las elecciones a las que no se ha presentada ninguna otra candidatura.

Aperribay ya consiguió ser elegido por segunda vez en 2013, algo que no se había producido desde la era de Luis Uranga en 1997, y ahora afrontará el período más próspero de una entidad blanquiazul que lleva ocho años en superávit y que para el próximo no subirá las cuotas de sus socios ni les hará pagar Día de Ayuda al Club, ahora en suspenso.

"Si fortalecemos nuestros cimientos, estaremos sentando las bases para los próximos 100 años", ha asegurado el mandatario realista, que ha subrayado que el club "tiene un proyecto, una estrategia y sabe el camino que quiere recorrer".

Ha condenado, indignado, los incidentes provocados por la afición del Zenit en Liga Europa, con la introducción y el lanzamiento de bengalas durante el partido, además de peleas con aficionados donostiarras en la calle.

"Lo ocurrido fue una aberración", ha lamentado Aperribay, que ha destacado que el dispositivo de seguridad fue "mayor de lo habitual" y que "se cacheó uno a uno a los aficionados rusos que entraron al estadio".

El consejero Ignacio Serrats, por su parte, ha desgranado algunos datos económicos, uno de ellos referido al beneficio que está suponiendo hasta ahora la participación en Liga Europa, con unos ingresos de 8,4 millones, tres más de los presupuestados.

También ha recordado que la reconstrucción de Anoeta para alcanzar un aforo de 42.000 asientos y eliminar las pistas de atletismo tendrá un coste final de 49 millones, de los cuales 35 los aportará la Real Sociedad, que no es propietaria de un estadio de titularidad pública.

Ha revelado que en la "fase más crítica", que coincidirá con el inicio de la próxima temporada, el conjunto blanquiazul tendrá que jugar las tres primeras jornadas fuera de casa para evitar tener que alquilar un campo de juego cercano y organizar un desplazamiento masivo.