La eliminación en cuartos de Champions y la posterior derrota ante el Borussia Dortmund en semifinales de Copa han caído como un jarro de agua fría en las aspiraciones del Bayern de Múnich para esta temporada.
Con la Bundesliga casi en el bolsillo, la afición considera escaso el botín de una campaña que pintaba perfecta y ha acabado muy descafeinada.
El italiano llegó para ganar la Champions, algo que Guardiola no había podido hacer los tres años anteriores, y se quedó en blanco y más lejos que su antecesor en el cargo en la competición europea.
"Pienso que la atmósfera es ideal. Tengo buenas sensacione, me han apoyado y me apoyan. Tienen confianza en mí y yo la tengo en ellos y en el club", reconoció Ancelotti.
Un técnico respetado, pero cuyo prestigio se ha resentido un poco tras la decepción del mes de abril.